martes, 4 de febrero de 2014

Una vieja está en la puerta de una casa queriendo tocar un timbre, pero ella no lo puede tocar porque no lo alcanza, de repente llega un señor y muy amablemente se ofrece:
- Señora, buenos días, ¿En qué puedo ayudarle?
- Por favor joven, ¿puedes ayudarme a tocar el timbre?
- Señora, con mucho gusto, le respondió.Ya está señora, y ¿Ahora qué?
La señora le responde:
- ¡A correr!

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